En 1988 José Cruz Camargo escribió un álbum conceptual llamado "Tiempos Obscuros". En él las canciones delatan la incertidumbre de una realidad urbana abrumadora, gris y apagada. La música oscura de Real de Catorce impedía vislumbrar los destellos de luz que los siguiente álbumes respirarían.
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Una de estas canciones, "Un Medio Día Triste" es una profunda reflexión, un poema musical generado en la intimidad del autor y basado en su personalísima percepción de la ciudad, la sociedad, la humanidad. Siempre alternativo, denso y en ocasiones sórdido, el discurso artístico de Real De Catorce nace de una renuencia a seguir los pasos del "Rock en tu idioma", basado en una estrategia comercial para posicionar productos para la nueva generación ochentera.
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La Ciudad de México es su universo ya que no puede distanciarse de ella sin perder su esencia, así se oyen raros sus conciertos en otros estados mexicanos donde sólo algunos conocen sus letras. Enclaustrados en el monstruo también atacan a esa misma masa de gente a través de la simple crónica de sus días.
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La sociopatía del depresivo álbum sin embargo muestra una clara orientación popular, paradoja existente desde el nacimiento de esta megalópolis, históricamente orientada a veneración de temas mórbidos, tradicionalmente picante y simuladora, la sociedad chilanga evita el discurso optimista y opta siempre por el aguerrido cuestionamiento, la rebelde crítica, la postura arisca.
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Y la Ciudad también está en eso: sociopatía es la constante de esta sociedad otrora solidaria, simulación es el escudo contra el sistema asfixiante, la indiferencia (no la corrupción) es el lubricante y engrudo de la sociedad. La indolencia y el egoísmo tuerce el carácter metiche del mexicano. El abandono del poder en manos de políticos codiciosos ahoga la participación animada y por supuesto enferma de contagio a las nuevas generaciones.
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Esta reflexión tiene por objeto hilvanar un sentimiento que los blueseros de Real de Catorce expresaban a fines de los ochentas y que se entiende como una profunda depresión social causada por una profunda herida circunstancial autoinfligida: Somos causantes del crecimiento de este sistema: nuestra ciudad y todo este espacio hacinado ha sido atraido por el mismo polo: La Ciudad es imán cuyos polos no están definidos, es decir que queremos estar juntos a pesar de que no podemos compartir el espacio. Esta relación amor-odio con nuestra urbe nos lleva a preguntarnos cosas muy parecidas a las que el agonizante José Cruz se sigue preguntando.
Escucha
aquí la canción en cuestión
@mikealex_aldana
Adendum:
Acabo de terminar de leer la novela Inferno de Dan Brown que trata sobre una plaga mundial de esterilidad creada para combatir los efectos de la sobrepoblación. La peste esterilizadora ficticia desatada por Zobrist en la novela es algo considerado un crimen mientras que el hecho de que el 77% de los mexicanos quieran vivir en ciudades en vez del campo no lo es.
Es curioso que la idea de "deshacinar" las ciudades no forme parte de las agendas gubernamentales ni tampoco las intelectuales. ¿Nos gusta la mala vida o es la única que conocemos?