miércoles, 27 de febrero de 2013

Síndrome de Diógenes vs. acumulación compulsiva

Diogenes de Sínope fue un filósofo greigo que vivió en el s. IV a.C. conocido como el cínico (literalmente "perro") apodado así por sus detractores que veían en su estilo de vida extremadamente elemental un parecido a la vida de los animales.
Sin duda el ascetismo es una actitud relacionada con la filosofía en algunas ocasiones. La libertad material, se asume entre pensadores. Como ironizaba Rodrigo González en "Los Intelectuales":
"...pero al llegar a su casa se liaban con su mujer. Sintiéndose de otra raza nunca daban pa' comer"

Pero el tema de Diógenes lo traigo a la mesa (pantalla) por una idea que me vino a la cabeza: un hogar lleno de ornamentos se me asemeja a un basurero lleno de cosas inútiles, antiguas, emocionalmente ligadas a una vida frágil hecha de recuerdos: encarnación de un complicado sistema de motivos fuera de contexto que hacen que cada cosa parezca tener un gran lugar en el barroco retablo de la indiferencia, la  omisión del intelecto, la apología de la ignorancia. Ornamento y delito.
Diógenes por su parte era el equivalente griego a un druida: casi un monje Zen que originaba todo pensamiento en lo más elemental de su propia experiencia. Parecía preguntar siempre ¿Esto lo necesito verdaderamente? Acabó por tirar su traste del agua al aprender que podía beber directamente de su mano.
Así que nada más erroneo que llamar Síndrome de Diógenes a la obsesión por acumular basura en casa, comprensible por la ignorancia de quien pensaba que el filósofo cínico vivía entre la basura. Pero volviendo al asunto intelectual, tengo algunas ideas sobre la acumulación convulsiva o no:
...
Contrariamente a lo que piensan los humanistas y sin ánimo de ofender a nadie, me parece que a menor preparación intelectual surge una necesidad ingente de adquirir, poseer, atesorar y nunca soltar objetos. Todos lo saben, todos lo viven pero nadie lo condena, no al menos como el heroico Adolf Loos en su libro "Ornamento y Delito" ver
Sin embargo y para añadir complicación a mi tema, los coleccionistas de objetos no son gente sin preparación, sino al contrario expertos en alguna materia. ¿Porqué se considera que un coleccionista puede tener todo lo que quiere sin cometer el delito del mal gusto? (ver las bibliotecas de famosos en La Ciudad de los Libros)

En esta condición humana del exceso de objetos hay muchas causas algunas de las cuales entiendo las que se listan a continuación:

1. Quienes han desarrollado una calidad de vida satisfactorio tienden a requerir menos elementos externos a sí mismos ya que tiende a desaparecer la proyección de la personalidad a los objetos y existe el desapego incluso por objetos personales o emocionalmente ligados a personas. Una lata.
    1a. Haqy quienes al tener recursos para adquirir bienes comienzan a acumularlos saliendo del anterior inciso y creando este anexo.
2. Por el contrario cuando hay insatisfacción de diferente orden como la afectiva o la económica el individuo tiende a buscar en el universo material la respuesta a sus peticiones: compañía, reconocimiento, protección, etc. Una lata.
    2a. Por otra parte los hay quienes al enemistarse con un allegado tienden a tirar o quemar bienes del interfecto así que también caerían fuera del esquema mencionado en 2 causando este inciso intermedio.
3. La ocupación del espacio en México es naturalmente profusa: vivimos una especie de doble vida donde el barroco emerge como una reverberancia ancestral. Una herencia de periodos estéticos altisonantes y festivos que identifican regiones con razas con épocas. Satisfecha esta ridícula exageración de elementos invariablemente atenderíamos a periodos clásicos, neoclásicos, etc. Una lata.
    3a. Cuando no es este el caso aplicar los otros puntos anteriores.
4. El ascetismo es por lo regular moda pasajera como lo atestiguan diferentes épocas incluso dentro de la modernidad. Lo raro es el minimalismo, incluso se ha hablado de "maximalismo". La superficie vacía y lisa se aparece al insolente como un lienzo en blanco que debe ser llenado de algo, a modo de mural revolucionario, como retablo churrigueresco o tablero del templo de las inscripciones. Una lata.
...
A fin de cuentas la acumulación puede ser compulsiva y llegar a esquemas irracionales, autos, ropa, comida, muebles, libros, aparatos eléctricos. Todos hemos visto crecer el activo (que obviamente se constituye en pasivo por obvia ociosidad) y hemos visto deteriorarse la calidad de vida por la pésima ocupación espacial que hacemos (mi plural no es mayéstico, sino que conozco a varios minimalistas que adolecemos de este mal, no os hagáis). Aquí una muestra de este tema que ya ha sido bendecido por la televisión:



Además hay algunas recomendaciones para que no se quede en un texto inútil:

Consejos para señoras que acumulan
-MA

No hay comentarios:

Publicar un comentario