miércoles, 31 de julio de 2013

Power to the people!: medios alternativos de producción arquitectónicay urbana

La densidad de los edificios alrededor de Central Park intensifica el dramatismo de su vacío. La sola idea de no ocupar un espacio caro siempre ha sido un alarde de poder. ¿Quien manda en Central Park?¿quien manda en el zócalo mexicano?
Central Park - Fuente: http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/c/ce/Central_Park_1875_Restored.png/1000px-Central_Park_1875_Restored.png
Proyecto participativo - Fuente: http://ecosistemaurbano.org/wp-content/uploads/2010/12/MapeoyGeolocalizacion.png



Recientemente entrevisté a Pato Guerrero de Casa Publica y coincidía en que siempre ha estado la arquitectura al servicio del poder. "Power to the people" cantaba el neoyorquino Lennon. La ola revolucionaria que esta época de la auto edición ha traído es pareja con la evolución de las corporaciones en el manejo de la propaganda sutil en medios gratuitos como internet.
Es de reconocer que en países "desarrollados" entiendan los proyectos sociales, participativos o de libre acceso como una importante alternativa a las crisis que han inmovilizado economías medianamente sólidas. En Latinoamérica es anómalo el caso de que un proyecto traiga recursos propios ya que los gobiernos se declaran en quiebra desde antes de tomar posesión del cargo. ¡Claro, después de ganar las elecciones para no asustar al elector!
En fin que los arquitectos recibimos lecciones de todo el mundo sobre como involucrar a gente (usuario) en planeación, diseño, construcción y gestión. Ya ha perecido sin posibilidad de resurrección la posibilidad de un proyecto único, inmóvil, monodisciplinar (permítanme la invención de la palabra) o de una sola etapa de construcción o con presupuesto en firme y completo.

¿Es la arquitectura participativa una anomalía de la arquitectura? Con proyectos que se replican a lo largo ancho y profundo del mundo parece ser si no el camino a seguir, si una alternativa para renovar un lenguaje condicionado siempre por los recursos económicos o peor aún: especulativos.
Al respecto de lo especulativo me llama la atención lo preocupados que se encuentran los "especialistas" del mercado inmobiliario, los protectores de las vivienderas. ¿Cuál es el problema? ¿La falta de reportes bursátiles de una que otra empresa en banca rota?¿la dramática caída del precio de acciones de todos los participantes de la industria constructora? No hay nada que temer, sólo que "el mercado" esta ajustando cuentas.
¿Y qué es el mercado sino una parte del mundo real? Los que participan activamente con sus recursos en las transacciones que integran la industria de la construcción, no sólo los gamblers de la BMV sino el gobierno federal con su flamante agencia del territorio y todos los "beneficiarios" de programas hipotecarios más o menos perversos, están también los constructores en quien se deposita buena parte del recurso invertido en vivienda, estas transacciones si son reales y benefician la economía de grandes y chiquitos, no como la ruleta del IPC cuyo interés y beneficio es crucial para accionistas (apostadores) pero indiferente para los espectadores, a menos que se aficionen a los movimientos de la bolsa como panzones futboleros frente al televisor. Sin ningún esfuerzo ni ejercicio ni beneficio, sólo entretenerse viendo lo ricas o pobres que se hacen las voraces vivienderas.
Y volviendo al tema del dramatismo de Central Park debo decir que aunque quisieramos ver en ese alto contraste la ciudad, la actual problemática y la complejidad (que no es lo mismo) más bien incentivan lo contrario: mezcla de usos, densidades, usuarios por una parte, y por otra (la mejor) nuevos y diferentes medios de producción de la arquitectura sumados a medios alternativos de transformación de las ciudades.
MAL

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