martes, 13 de agosto de 2013

Tránsito y Humanidad

Desde que somos niños en las ciudades nos enseñan a vivir en el tráfico. Algunos duermen, otros comen, todos oyen música o noticias...
Inhumano es cambiar la apreciación de una persona por la de una máquina, transfiriéndole a lo artificial los tributos de lo natural "ahí viene Mike" dicen cuando ven un carro negro chiquitito. Inhumano es pensar que un auto te define como persona y que la propiedad de un bien como un vehículo automotor hace diferencia en poder, distingue en clase social, separa a unas personas del resto de las demás.
El parque vehicular ha crecido más de 6 veces en 30 años. tan solo en 1980 había un registro de 5 millones de vehículos en la ZMVM, mientras que ahora contamos con un nada envidiable parque vehicular de hasta 32 millones de unidades, lo que un día fue símbolo de progreso y prosperidad ahora es un vergonzoso recordatorio de nuestra miserable vida enfrascados en el tráfico, inmóviles y cansados, contaminando el ambiente, derrochando el dinero en combustible.
Afortunadamente la movilidad ha salido como concepto a refrescar el tema del tránsito vehicular y a cambiar algunos paradigmas, por ejemplo el de mover a gente y no a vehículos. Este sencillo planteamiento ha logrado permear a todos los niveles de gobierno e iniciativa privada, mostrando un sentido incluso aspiracional en el tema del transporte público y los medios de movilidad no motorizados
La ciudad es más amable cuando muestra contacto entre humanos, contrario al modelo motorizado de las ciudades americanas que México ha copiado consciente e inconscientemente:
Av. Canal de Miramontes - Street View de Google Earth
La comunicación se rompe cuando falta alguno de los elementos de su ciclo, ya sea el emisor, el receptor, el mensaje, el código, etc. Esto pasa cuando una ciudad no comunica nada al usuario que es su interlocutor. Podremos estar en un monólogo como los inmensos espacios inhumanos pero muy automovilistas La ciudad habla.
En Barcelona la Ronda D'alt es un paradigma de diseño vial y sin embargo el éxito no consiste en el periférico si no en el aprovechamiento de la trama y urdimbre del conocido ensanche de Cerdá que le resto aforó a la vía de acceso controlado y le sumó vida a las anónimas manzanas catalanas.
El Transporte público por su parte colabora a disminuir hasta en un 150% el espacio ocupado por vehículos en la calle. México jamás ha normado el número de pasajeros en un vehículo particular. Los avances en diseño de rutas, calidad de vehículos, intermodalidad y cultura contra el auto son avances en una vía sin retorno hacia la democratización de la ciudad.
Diversidad humana es diversidad en movilidad, tan erróneo el racismo y el clasismo humanos como la exclusividad en un tipo de transporte.
El consumismo en particular y el materialismo en general han hecho de este país un gran devorador de autos, tan lejos de la congruencia económica y tan cerca de uno de los mayores productores de motores del mundo.
MAL


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