Habría que revisar bien ese reporte a la UNESCO porque aunque parece firmado por gente conocedora parecería que cierto prejuicio causa malas apreciaciones sobre el trabajo de Gantous.
Lejos de la desafortunada autodenominación de "elegantes", las butacas anteriores parecían envejecidas y definitivamente inoperantes.
Sin embargo haré una revisión tanto de la obra como del reporte antes de confíar en el buen juicio de Xavier Cortés y Victor Jiménez los que me merecen reconocimiento a su obra y objetividad consistentes.
Como en todo aspecto arquitectónico hay un asunto legal que asegura el buen desempeño de la obra pero también un preocupación natural por la conservación de materia y concepto en los monumentos.
No dudo que la mala actitud de "los visitantes" (cruzados de la conservación) y de "los anfitriones" (ego-diseñadores y constructores) se cargue de toda la imagen del logotipo del INBA y del afán de presumir la revolución que se hizo en el sacrosanto Palacio...
Yo también me reiría si mi diseñador me dijera que sus butacas son "elegantes"
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