martes, 20 de julio de 2010

Jesuschrist Superstar

Me encanta Jesuschrist Superstar aunque tiene 20 años que la vi en TV por primera vez, lo que me fascinó fue lo agresivo del concepto Opera Rock (ahora está muy maltratado el rubro, claro). Mi papá me la enseñó y a mí me pareció locochón el asunto, ahora me sigue pareciendo una onda muy padre: Un grupo de jóvenes setenteros que van al desierto a representar una obra con escasos recursos.


En este universo paralelo Jesucristo es un hombre normal que va comprendiendo paso a paso la voluntad de Dios, cada nueva idea lo perpleja, como cuando en medio de una canción de adoración la multitud le pregunta como cualquier cosa “¿Morirías por mi?”. En Getsemaní hay un Jesús entendible y entrañable “Después de todo solo han pasado tres años, aunque siento que fueran 30”. Con los leprosos sucede una crisis que lo muestra indefenso en su humanidad para en Getsemaní una vez más recibir poder para afrontar los siguientes actos.

Una idea interesante no mostrada en la Biblia como tal dice en boca de Ted Nelly “para conquistar la muerte solo hay que morir”, en esta versión donde Pilatos es también Claudia (sueña e interpreta el sueño de Jesús) todo parece poder suceder, en la última cena Jesús no es categórico en la eucaristía, “este vino podría ser mi sangre” “si pudieran, recuérdenme”. Un texto totalmente basado en intenciones humanas, JCS trata acerca de lo que la Biblia no dice aunque está implícito. “No digan que soy maldito” dice Judas; ideas nuevas como la Jesusmania y familiarización del mito “JC won´t you smile at me”, los cambistas venden cosas “What you see is what you get”

JCS revive el gran nudo Nietzcheano sobre la voluntad de esclavos del pueblo Judío versus la voluntad de amo de Jesús, dice Judas “Añade un poco de odio a Roma”. Los apóstoles parecen como diría el pensador “cobardes, vulgares y resentidos”

En María Magdalena, Yvonne Elliman encarna el lugar común (y uno de los errores más graves de la religión moderna) mostrada simultáneamente como María la hermana de Lázaro, la prostituta que es juzgada, la samaritana que ha estado con muchos hombres, la que lava sus pies y unge el cabello de Jesús con perfume caro. Jesús da la pauta del amor platónico al defenderla de Judas “Ella está ahora conmigo”. Cuando Jesús duerme ella canta “No se como amarlo… es solo un hombre… me aterra”

Judas que encarna al personaje normal, el amigo que no entiende a Jesús, juzgón, incrédulo. Establece un vínculo constante a lo largo de toda la obra preguntándose mil veces de que se trata, incluso después de muerto lo de Judas es no entender. La obra tiene por protagonista a Judas Iscariote más que a Jesucristo. En la versión de Stigwood (que es moderna, abstracta, en ocasiones cómica) el actor Carl Anderson es un Judas negro que hizo que acusaran a todos de racistas.

En JCS hay un Caifás de voz grave y lenta manipulado por un agudo y casi femenino Annas. La música de ambos es a ritmo de blues y suena a farsa (que es la quintaescencia del teatro) el ritmo estable de los sacerdotes que en esta versión no parecen parientes contrasta con el rock Hendrixiano de Judas (de hecho Anderson se parece a Jimmy) y parece el más actual de todos los papeles.

La obra JCS tiene música del mito Andrew Lloyd Weber y letras del ahora Sir Tim Rice aunque el film de 1973 no se usó el texto original sino una adaptación del director con Melvin Bragg sin embargo basado en el libro de Rice.

Norman Jewison dirige tomas muy amplias del desierto, el cielo y jóvenes dispersos lo que muestra que con escaso presupuesto se puede hacer un trabajo fílmico decente. La producción corrió a cargo del mismo Norman y Robert Stigwood.

A mí me sigue encantando JCS aunque tiene 20 años que la vi en TV por primera vez, lo que me fascinó fue lo agresivo del concepto Opera Rock (ahora está muy maltratado el rubro, claro). Mi papá me la enseñó y a mí me pareció locochón el asunto, ahora me sigue pareciendo una onda padre.

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